Según los archivos municipales, en el año 1.933 se acuerda el emplazamiento de una Escuela Unitaria en el barrio de Montemolín, que sustituiría al ya existente Grupo Escolar “Pablo Iglesias”, ya que por su situación, se quedaba alejado de la población escolar de la zona. En esta nueva ubicación, recogería la población escolar de los caminos de San José, Alcachoferas y de las Torres, con sus calles y barrios afluentes. Se vio conveniente su situación entre la Nueva Gran Vía Perimetral (antiguo terreno de los Agustinos), la calle de Abadía (ahora Eduardo S. Hernaz) y el callejón de la Bailera. Por los documentos que hay en nuestro poder, deducimos que del año 1935 al 1936, todavía periodo republicano, debió llamarse “Pablo Iglesias” (nombre del centro al que sustituía). Siguiendo con la documentación consultada, en diciembre de 1.935 hubo una propuesta de llamar al Colegio “San José de Calasanz”. No debió ser aceptada ya que, en agosto de 1.936 la Comisión de Gobernación estima “que el centro se denominó con arreglo a la ideología imperante en aquel momento”. En septiembre del 1936 el Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza acuerda que desaparezca el nombre anterior y tome el que había acordado el Consejo Local de Primera Enseñanza: “San José de Calasanz”. Los exalumnos de mayor edad que han pasado por el Colegio lo recuerdan popularmente como “el Colegio Abadía”. El Colegio, durante la guerra fue “hospital de los italianos” y al terminar ésta, estuvo un tiempo inactivo hasta que se reanudaron las clases. Nos cuentan que al ponerse en marcha de nuevo, la calefacción estaba inservible y se calentaban con estufas (conocidas como “tortugas”), pasando mucho frío. En aquella época los chicos estaban separados de las chicas y entraban por puertas diferentes. Desde el principio tuvo servicio de comedor, y en algunas épocas incluso venían a comer de otros colegios. El Colegio fue remodelado en el año 1.992 manteniéndose la estructura inicial. Clases luminosas, pasillos anchos, cocina…